Para Antonio Biondi, César Chiarella y Dante Cuneo
En el pisco
titilan fragancias de uvas secretas.
Parras transparentes, mañanas asoleadas.
Inesperadas tardes, noches de misterio.
Variopintos piskos de la costa.
Hijos nacidos del vientre de la arena.
En el pisco navegan caricias
de viejos ceramistas dormidos,
abrigados por los siglos.
Luces transparencia de alma buena.
Sumo del esfuerzo, esencia del hombre
y de la tierra.
Compañero en la soledad
de los salones.
En la abrigada casa del obrero.
En el azul gabinete del poeta
que destila palabras.
Luminoso, triunfante.
Peruanísimo pisco
que pinta de rojo y blanco
el alma.
FREDY GAMBETTA